Tiene 35 años y hace 10 que vive en Argentina. Su alma de actriz la llevó a ese país, donde hoy personifica en el primetime a la picarona doméstica del personaje de Facundo Arana. No le teme al estereotipo y lucha contra la discriminación.
Por Jorge Coronel
El talento local sigue ganando terreno en el fértil -pero competitivo- suelo televisivo argentino. A fuerza de persistencia, y bañada de coraje, la actriz paraguaya Coral Gabaglio dejó el país en busca de su sitio. Circunstancia que, diez años después, cobra sentido. Hoy forma parte deNoche & Día, la telecomedia protagonizada en horario central por figuras como Facundo Arana, Romina Gaetani, Gabriel Corrado y Eugenia Tobal.
“Llegué por un casting que se hizo en Pol-ka (N. de R.: la productora que dirige el actor y productor Adrián Suar). Hice una prueba de casting (cerrado, a través de su agente) y ya quedé… Mi representante me avisó: ‘Te eligieron para Noche & Día‘”.
En la comedia, Coral se pone en la piel de Bety, la empleada doméstica picarona y enamoradiza del personaje que interpreta el recordado galán de la uruguaya Natalia Oreiro en Muñeca brava. “Bety se está como instalando ahora un poco. Ahora se empieza a ver cómo siguen los personajes y los guionistas, creo que tienen un trabajo diario, que es ver cómo van yendo los capítulos y cómo se va desarrollando”, dice. “Es un personaje que está siempre, que está en la casa (…). De repente, Bety ya tuvo alguna historieta, cuando le robaron, y va a ir teniendo alguna que otra historia ahí, en la casa”, agrega.
No es la primera actriz paraguaya que toma el papel de una empleada. Antes, lo había hecho Andrea Quattrocchi, en el unitario de Telefé El hombre de tu vida (dirigida por Juan José Campanella); y, más recientemente, la actriz y humorista Clara Franco, en Cazados, la ficción de comedia semanal que actualmente emite América, a la medianoche.
Pero, más allá de los riesgos, Coral no teme el encasillamiento ni encuentra que el cliché logre un tinte discriminativo. “Creo que el tema tiene muchas aristas histórico-sociales y estaría bueno que se hable mucho sobre el tema para que se tenga una verdadera comprensión sobre estos temas migratorios, y se modifique el paradigma; deje de ser un tema con tintes discriminatorios y se entienda como una ‘historia de lucha’”, afirma. “Existe un siglo de desplazamiento por las zonas limítrofes entre ambos países, tanto por temas económicos como políticos (guerras, dictaduras, el ‘1 a 1’). La imagen de la paraguaya como mucama se debe a que al producirse toda esta movilización, el sector industrial, de construcción y de servicio doméstico fue tomado por los inmigrantes paraguayos (mano de obra barata), trabajo que estos terminan aceptando por su situación de desventaja de inmigrantes y, más aún, si al momento se encontraran sin documentos”, puntualiza.