Crítica del documental “Nasha Natasha”, que se estrenará a nivel mundial en Netflix este jueves 6 de agosto. Advertencia: contiene ‘spoilers’.
Por Jorge Coronel
Publicado el 5 de agosto de 2020 en television.com.py
Algunas historias de amor son memorables pero, al cabo de un tiempo, se terminan apagando. Otras, en cambio, no solo gozan de la fortuna de perdurar, sino que además se multiplican con el tiempo. Es más o menos lo que pasa cada vez que Natalia Oreiro (Montevideo, Uruguay, 1977) pisa alguna de las tantas ciudades de Rusia que le tocó visitar.
¿De dónde surge el encantamiento de millones de rusos hacia esta actriz y cantante? ¿Cómo se produce ese acercamiento entre la artista y el público de la lejana Siberia, a tal punto de llenar estadios, acaparar las portadas de revistas y coberturas de televisión, desde hace ya 20 años? De eso, justamente, va Nasha Natasha, la película documental dirigida por Martín Sastre que sigue a Natalia Oreiro y su banda a un viaje tan lúdico como apasionante realizado en 2014, con al menos 45 horas de vuelo, 72 horas de tren y nada menos que 44.700 kilómetros, a bordo del Expreso Transiberiano.
Más que encontrar respuestas, el espectador recorrerá los surcos más personales de Natalia: desde los preparativos para la gira en Buenos Aires hasta momentos de intimidad durante el eterno viaje en tren o mientras -en la soledad de su hotel- padece la separación temporal de su pequeño Merlín Atahualpa. Es aquí donde, especialmente, radica la fuerza del film: en la transparencia emocional de su protagonista y en la apertura de su universo más personal, lejos de los flashes y las luces del escenario. Momentos realmente entrañables, como cuando -ya hacia el final de la gira- se reencuentra con su hijo y su pareja, el legendario vocalista y guitarrista de Divididos, Ricardo Mollo; o cuando se reencuentra con escenarios más icónicos de su infancia.
El magnetismo ruso, sin embargo, logra mantenerse como eje central a lo largo del documental. Ya desde su primera secuencia, cuando distinguimos un frío polar y vemos a Oreiro bajar de un auto, con un oso de peluche gigante y una legión de fans recibiéndola, a pesar de los varios grados bajo cero. O cuando escuchamos las miles de voces corear su nombre durante algunos momentos de sus recitales o cuando sus fanáticas nos sorprenden bailando cumbia al ritmo de sus versiones de Gilda… bajo la nieve. Un crudo invierno que se contrasta con el apasionado afecto de multitudes siberianas con la uruguaya.
Vemos, entonces, que el fenómeno Oreiro en Rusia es más que real, a partir de su explosivo personaje dual de Milagros o Cholito, aquella muchacha futbolera que conquistó el corazón de todos en Muñeca Brava. A principios de los 2000 -y al ritmo de su Cambio dolor- la telenovela se convirtió en un suceso en aquel país, con una cosecha de fanáticos que se mantuvo y creció con sus incontables reposiciones.
La habilidad de Sastre estriba en hilvanar genuinamente aquellos instantes de estallido profesional con la historia más personal de la artista. Para ello, cuenta con testimonios de primera mano, como los de Carlos Oreiro y Mabel Iglesias, padres de Natalia; de su hermana mayor Adriana, sus amigas Rosa y Valeria Lorca, y hasta su misma pareja, quienes ponen voz a un relato que muestra la evolución de la niña montevideana que dio sus primeros pasos con una publicidad de tampones y que hoy reina en distintas latitudes. La historia es poéticamente tejida con textos del recordado escritor uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015), particularmente -cómo no- en ruso.
Nasha Natasha, a fin de cuentas, nos muestra el lado más creativo y musical de Natalia Oreiro, pero también su lado más vulnerable y emocional en una historia de superación genuina e inspiradora, al ritmo de éxitos de su repertorio como Tu veneno, Que digan lo que quieran y Río de la Plata.
Con el guión y dirección de Martín Sastre, la producción de Axel Kuschevatzky, Cindy Teperman, Phin Glynn (Infinity Hill) y OS Films, música original de Ricardo Mollo y Trío Sin Palabras y locaciones en Argentina, Rusia y Uruguay, Nasha Natasha se estrena a nivel mundial este jueves 6 de agosto, a través de la plataforma Netflix.