Claudia Riquelme, más conocida como «Clu», busca posicionar a la mujer en la escena del metal local. Cómo ser mujer, profesional, madre, metalera… y no morir en el intento.
Por Jorge Coronel
El arte no es ajeno a su vida. Desde pequeña, en su Luque natal, empezaba a absorber el elixir de la música a través de tíos arpistas que llenaban sus días de folclore. Desde entonces sentía el impulso de intentarlo; y no fue sino hasta los ocho años, cuando aprendió a ejecutar el arpa.
Pero su sueño, en realidad, iba hacia otra dirección: ella quería ser estrella del metal. Por eso, en 2009, se entera que una banda necesitaba un bajista, y ella -sin dominar el instrumento- no dudó en apuntarse. «Yo dije: ‘soy bajista, por ahí puedo probar si les gusta’. Y me dieron: ‘sí, vení y proba’. Fui, probé y les gustó. Mi desempeño era muy pobre todavía, porque mucho no sabía. Me quedé y aprendí a tocar con ellos, y crecí desde cero hasta lo que hago ahora». Fue así como llegó a Sadistic Art, la banda en la cual hasta hoy se desempeña como bajista.
A pesar de reconocer algunas dificultades que atraviesan las mujeres para subirse al escenario, «Clu» aprovecha su experiencia para demostrar que es posible.
-¿Existen barreras para ser mujer e integrante de una banda de metal?
-Se suelen dar dos situaciones: la primera es el apartar esa diferencia que se suele hacer. Una mujer es y puede ser tan música como cualquier otro varón músico de cualquier estilo. No por ser mujer tenemos algo que demostrar, como si fuera que tenemos que decir: ‘Nosotros también podemos’, porque somos exactamente iguales.
Yo nunca tuve problemas con el público varón: a la gente le genera mucho interés, curiosidad. Esa es mi principal motivación: demostrar que la mujer puede ser igual o mejor que cualquier otro músico.
Pero, sí, me llegó a pasar con las mujeres: en algún que otro concierto, sentí algún roce o hubo gritos, palabras de por medio en mi contra… cada uno tiene su punto de vista, por ahí el ambiente de la mujer es un poco más pasional, más sentimental. Pero son cosas que dejé pasar y que me sirvieron para ir adelante. Hay mujeres que son más machistas que los hombres.
-En este sentido, ¿sentís que con tu experiencia inspirás a las mujeres a animarse al metal?
-Claro que sí. Yo estoy llevando una bandera que dice: ‘Vos también podés hacer lo que estás soñando hoy’. Porque hace años tenía este sueño, que es de lo que estoy viviendo. Yo sentía que amaba la música, era una aficionada más del metal, yo decía: ‘algún día voy a estar ahí arriba’. Pasé de decir ‘algún día’ y hoy estoy acá. Y eso es lo que me gustaría transmitirle a las chicas: a tener esa confianza en sí mismas, en cualquier faceta de su vida. Tenemos mucho todavía que hacer por nosotras, porque todavía no se está haciendo mucha historia con las mujeres.