Alegrías y derrotas. Amores, desamores y vuelos. El músico, médico y empresario colombiano Kike Santander interpreta las melodías de su propia vida.
Por Jorge Coronel
Tiene 59 años, pero por las varias capas de vida que le tocó atravesar, pareciera tener mucho más. Con la voz de la experiencia y su sabiduría, formó parte de la primera edición del Crea+Py, el primer mercado de industrias culturales y creativas del Paraguay realizado en octubre pasado en el Centro de Convenciones Mariscal López.
“Nuestra vida es una serie de eventos aislados, accidentales y aparentemente inconexos, como notas disonantes. Nuestra meta es conectarlas y componer nuestra propia melodía”, ratificó el artista que encontró en la música una manera de sanar.
A lo largo de una charla a la que llamó “La melodía invisible”, el autor de creaciones como Abriendo puertas, de Gloria Estefan, Azul de Cristian Castro y Que digan lo que quieran, de Natalia Oreiro, abrió sus experiencias de vida a una audiencia compuesta principalmente por músicos, productores y realizadores locales.
Destacó cuatro áreas fundamentales para él: la vida propiamente dicha; la música, la ciencia y tecnología y la introspección. A lo largo de su exposición destacó “hitos” que marcaron distintos periodos de su vida: desde el descubrimiento de la música, en su primera infancia; pasando por sus estudios; el descubrimiento de la vida interior; hasta los primeros fracasos, los más grandes éxitos, el descubrimiento del amor verdadero, la formación de su familia y su verdadera vocación.
“Haber fracasado rotundamente fue un gran aprendizaje en mi vida”, sostuvo. Por ello, subrayó la importancia de reinventarse, una y otra vez, en busca de una propia “melodía”.
Entre los “elementos” fundamentales de su vida, mencionó a Dios –como su director–, el pentagrama –determinado por el tiempo–, las notas –formadas por la música, la ciencia, el mundo y la introspección–, sus instrumentos –la mente, el cuerpo y el sentimiento–, y la composición –determinada por la introspección y la “sintonía universal”–.
Alejado de las industrias discográficas y de la producción a artistas “mainstream”, Santander encontró su misión en la vida en la integración del arte con su profesión primera: la medicina.
Todo empezó en 2006, mientras se desempeñaba como director de la academia del reality musical televisivo Operación Triunfo, en España. Allí concibió el programa de música y ejercicios aeróbicos “Batuka”, una plataforma del estilo Zumba que resultó un éxito en ventas en el país europeo. Desde allí, redescubrió su vocación en la salud física y espiritual, y dio el siguiente paso con la plataforma QiClub: una herramienta multidisciplinaria que presentó en Miami, entre otras novedosas aplicaciones destinadas a la salud de la familia, como UIN, Movo y Aloha.
Actualmente, y con Paraguay como base, destina su tiempo y energía a Bazary, una aplicación que buscará integrar a los distintos trabajadores de la industria de la música a través de una plataforma virtual que servirá de fuente de trabajo para miles de personas del rubro en nuestro país.
“Haber fracasado rotundamente fue un gran aprendizaje en mi vida”.
Nacido en Cali, Colombia, en 1960, Kike Santander está casado con Adriana López Moreira Bo, el gran amor de su vida. Contrajeron matrimonio en San Bernardino, Paraguay, en octubre de 2002. Como fruto de la relación nació Alejandro, un niño que heredó la vocación artística de su padre. En la actualidad, sus días se dividen entre Miami, Estados Unidos, y Asunción, Paraguay.