Tocaba el saxo en una línea de subte y hoy es una de las figuras más queridas de la TV. Durante su visita al Paraguay, Facundo Arana reflexionó sobre su carrera, su vida y la carnicería de la televisión.
Por Jorge Coronel
Corría el año ’92. Se había quedado sin trabajo y, como en ese momento no estudiaba una carrera, su padre le sugirió salir a trabajar. Mientras se buscaba la vida, se cruzó con un saxofonista que tocaba en el subte: lo invitó a tocar con él y así empezó su camino, en alguna estación bonaerense. Poco después, hacía un casting para televisión: el productor lo reconoció de la calle y lo contrató para su primera novela: Canto rodado (1993). Luego, llegarían programas como Son de diez (1993), Alta comedia (1994) y Perla negra (1995).
Las mujeres de Sudamérica lo aman, pero también las chicas de países tan distantes como Rusia, Israel, Polonia y Filipinas. Con Muñeca brava (1998-1999) -el éxito que protagonizó junto a la uruguaya Natalia Oreiro-, Facundo Arana (43) se convirtió en el gran galán de telenovelas, título que aún conserva con orgullo. Desde allí, fue cara de algunos de los proyectos más exitosos de la televisión argentina. De la comedia al drama y al policial, dio alma a los personajes protagónicos de proyectos como 099 Central (2002), Padre coraje (2004) y Sos mi vida(2006).
Pese a su popularidad en nuestro país –Muñeca brava fue repuesta en varias ocasiones por Canal 13 y Telefuturo lideró el rating con Padre coraje y Sos mi vida-, el actor argentino visita por primera vez el Paraguay con un proyecto muy particular: la obra de teatro En el aire, que sube a escena este 26, 27 y 28 de junio, en la Sala Moliére de la Alianza Francesa.
En la puesta, Arana interpreta a un locutor de radio que transmite desde un teatro recuperado en un pueblo perdido. «Es la obra perfecta», dirá Facundo, durante la entrevista en un café del centro de Asunción. Apenas horas antes llegaba al país, para someterse a una innumerable cantidad de entrevistas a diarios, radios y canales de televisión, sin dejar de disfrutar y compensar el cariño de fans con fotos, sonrisas y alguna que otra charla.
Después de terminar de grabar Noche & Día (2015) -ficción con la que debutó en Pol-ka la actriz paraguaya Coral Gabaglio-, por estos días el actor protagoniza una historia que él mismo escribió: un libro de aventuras en el que fusiona teatro y música con el amor de su familia y un viaje que planifica con su mujer, la modelo y presentadora María Susini (36).
-Llama la atención que, con tanta popularidad, estés viniendo por primera vez…
-Es extraño venir por primera vez a un lugar… a trabajar. Es raro. No se siente usual… es como sentarse a una mesa a comer sin haber saludado a los dueños de casa. Pero es la que me tocó, y todos me hicieron como si en vez de trabajar realmente viniera a saludar primero. Realmente me siento muy bien, muy contento, me siento muy cómodo. Desde que llegué, a la mañana, y estuvimos dando vueltas… Pero la verdad que me sentí muy bien, muy a gusto.
-El público paraguayo siguió muy de cerca todos tus programas: éxitos como Chiquititas,Muñeca brava y Padre coraje. ¿Cómo vivís el ‘feedback’ con los paraguayos?
-Muy bien, ¡muy, muy bien! Con mucho gusto, aparte ya me habían hablado del paraguayo, yo no había cruzado nunca… y me llevo esa impresión de la gente cálida, con ganas de tener una buena charla, franca, que te mira de frente. Es lo único que busco en una persona, y acá me encontré de todo.