Apadrinado en sus inicios por figuras como Charly García y Fito Páez, el músico y compositor argentino Fena Della Maggiora analiza la escena actual del rock argentino y cuenta por qué decidió no «pactar con el diablo».
Por Jorge Coronel
En un universo particular de canciones vive -y sobrevive- este músico y compositor porteño, que no se cansa de descubrir a colegas, dejarse llevar por nuevos géneros e instrumentos que musicalizan la canción popular latinoamericana.
Con cinco discos solistas editados, y otros dos con su anterior agrupación (Fena y los Gómez), Della Maggiora sigue la genética del rock argentino, aunque sin cesar en su búsqueda.
Los memoriosos recordarán su paso como uno de «Los Rapporteros», la frenética cápsula del ciclo de humor VideoMacht, cuando el baile y las peleas mediáticas todavía no eran centro de la propuesta de Tinelli. Justo a tiempo, el músico había decidido huir, para escaparse a España.
-En aquel momento te corriste de la televisión. ¿Sentiste que te iba a devorar esa industria?
-No, no… sentí que me iba a comer. Yo me fui, me escape, me fui a España yo. En un momento en que me querían renovar el contrato por mucha guita, yo elegí irme. En vez de «pactar con el diablo», me fui a España; estuve tres años laburando como autor para revitalizarme yo como músico, porque «esa» televisión te come, te devora, y ahora hago televisión, pero hago documentales de música. No estoy haciendo televisión comercial… no la haría.
-En tu ciclo de documentales de música entrevistaste a referentes del continente. ¿Cómo fueron esos encuentros?
-Estuve con Djavan, Milton Nascimento, con Caetano(Veloso), Ruben Blades, Gilberto Gil, con Silvio Rodríguez… Fueron encuentros extraordinarios; de esos encuentros salieron amistades, en algunos casos y, en otros casos, muchos contactos para poder tocar afuera. Fuimos a tocar a Colombia después de eso, fuimos a tocar a Cuba, fuimos a tocar a Venezuela, y ese es otro tipo de televisión. Eso es algo que a mí me interesa hacer. Eso soy yo, lo otro (VideoMatch) no era yo, y fue una etapa que, bueno, un poco me devoró tanta popularidad… no me sirvió para la música.
-Lo padeciste, en su momento…
-En su momento lo padecí, me tuve que ir. Tanta exposición no me hizo bien a mí. De hecho, tuve miles de ofertas después, de mucha guita, y las rechacé todas.