En sus 18 años de ausencia, muchas cosas han cambiado en el mundo, pero no así el sentimiento más profundo de cantar al amor. Así lo demostró la noche del sábado el español José Luis Perales.
Por Jorge Coronel
Estaban allí, latentes. Los mismos seguidores –especialmente, mujeres– que en marzo de 1997 vibraban con sus canciones, aquella vez en el Sol de América. En el medio sucedieron en Paraguay varios cambios de gobierno, transformaciones sociales, políticas y económicas y un devenir constante que nos traslada hasta nuestros días.
En febrero de 2015, el reencuentro apasionado con su público nos conduce al Centro de Convenciones de la Conmebol, en Luque. Con sus mejores vestidos y su ilusión intacta, las seguidoras generacionales del músico acabaron, al fin, su espera. Como recompensa, aparecía sobre el escenario un José Luis Perales lúcido, entusiasmado y vital.
El popular cantautor de 70 años y más de 40 de trayectoria volvía así a presentarse en Paraguay ante un auditorio casi lleno pero colmado de euforia. Con Me llamas oficiando como preludio, los paraguayos llenaban al músico de elogios y aplausos.
El artista aprovechaba para presentar su más reciente álbum, Calle soledad (2012), sin dejar de lado sus éxitos más importantes. Entonces sonaban canciones como Quisiera decir tu nombre, Por si las musas, Cómo duele el aire, Amada mía y Le llamaban loca.
El autor aprovechaba para entablar conversación, con una serie de monólogos a modo de presentación. “De niño fui bastante solitario”, confesaba. “Leía todo tipo de poesías hasta aprenderme. Siempre fui gran amante de la naturaleza. Mi única compañera de entonces: mi guitarra. Me proporcionó muchas canciones y estas canciones me proporcionaron muchos amigos”. Así presentaba Y te vas, otra canción histórica de su repertorio.