La poderosa banda de rock “Divididos” dio el pasado domingo su primer recital en la provincia argentina de Formosa. Hubo homenajes a Luca Prodan y Atahualpa Yupanqui, palabras a Cerati y saludos al Paraguay.
Por Jorge Coronel
“AIJUEE !!!”, decía la remera con la que Ricardo Mollo salía al escenario del Anfiteatro de la Juventud de la provincia argentina de Formosa en la noche del 22 de julio pasado. Con él, su compañero Diego Arnedo en bajo y Catriel Ciavarella en batería completaban el power trío llamado Divididos desde finales de los ’80, tras la disolución de Sumo, luego de la muerte de su líder Luca Prodan.
Estaban allí, parados sobre el escenario y dispuestos a hacer de las suyas en su primera presentación en la ciudad del Chaco argentino, a 154 kilómetros de Asunción.
Entre formoseños, clorindenses y paraguayos –todos con caras de fascinación total–, Divididos repasaba las canciones más representativas de su repertorio, así como daba espacio para versiones y homenajes.
Con Salir a asustar, Azulejo y El perro funk de apertura, la banda respondía a un cálido público con suma potencia y hasta pidiendo disculpas “por haber llegado tan tarde” a la provincia argentina.
El ya clásico Sábado –en el que, “acariciando lo áspero”, Mollo pide besos–; desde su nuevo álbum, Mantecoso –en el que, casi a modo de confesión, confiesa: “Siempre soñé con una pared de equipos al re palo…”–, y Salir a comprar –que llevó a los más desaforados pogos–, la noche estaba bañada de lo mejor de la mística y euforia del rock argentino.
La fiesta, a puro hit, recién empezaba. La frenética Qué tal –con el anfiteatro de pie, y un duelo entre guitarra y bajo–, y un Casi estatua –con solo de batería incluido y un Arnedo en la voz– seguían alimentando el encuentro a puro rock.
Mollo dedicó a un niño fan Tanto anteojo, editada en “Narigón del Siglo”, y pidió: “Espero que nos veamos más seguido”.
En un momento más intimista, presentaron una canción que –según el vocalista– fue escrita evocando a Luca Prodan, “que se puede confundir (por la letra)… ¡y que seguramente debe estar viviendo acá!”, agregó. Era, entonces, el momento de Spaghetti del Rock, canción elegida como la mejor de la década pasada en una encuesta realizada por la revista Rolling Stone de Argentina.
Entre aplausos y emoción, presentaban al guitarrista invitado Diego Forentín para una vibrante versión de Sisters, tema editado también en “Acariciando lo áspero”.
“Una linda tarantela italiana de alguien que nos está esperando con este gesto: ‘Ya van a venir acá’”, anunciaba Mollo a Regtest, de Sumo. “Ma’ qué reggae, es tarantela, ¡no jodamos!”, reiteraba. La emoción volvió a ocupar su lugar, en homenaje al mítico y recordado italiano Prodan.
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