Entre rimas consonantes y melodías perfectas, en los últimos 35 años habló de sexo, humor y política como nadie lo hizo en el rock latino. En su faceta más retrospectiva, el vocalista de El Cuarteto de Nos nos presenta su aspecto más intimista.
Por Jorge Coronel
Quince años atrás disparaba frases como: «Hace como tres meses que no toco una mujer» (Necesito una mujer, Cortamambo) o estallaba al grito de «Pegame y decime Shirley… todo por amor» (Pegame y decime Shirley). También escribía el mejor himno al narcisismo jamás escrito en la historia: «(…) Ninguna es digna de mí / por eso no ando dejando corazones rotos / me masturbo mirando mi foto» (Me amo).
Seis años después escribía una serie de hits que catapultaron a su banda a la masividad, entre personajes que parecían inspirados en los icónicos Woody Allen, Les Luthiers y Monty Pythons. «Ya probé, ya fumé, ya tomé, ya dejé, ya firmé, ya viajé», rapeaba, a pura verborragia, en su ya convertido clásico Ya no sé qué hacer conmigo. Al tiempo, empezó a desnudarse a través de sus canciones, en las que incluso llegó a confesar soledad. «¡Ay, qué pena ver la indiferencia ajena / ignorando mi tesoro!» (Todos pasan por mi rancho, Porfiado).
Un disco después, el vocalista y hacedor de esas letras, Roberto Musso, se afianza a esas aguas y deja el humor e ironías de lado para mostrarse esencialmente y hasta cantarle a su hija. «Y si no están mis ojos para buscar respuestas / no llora», le dice a su hija; mientras aprovecha para esbozar mensajes en clave autobiográfica: «No desees que se mueran tus enemigos / es mejor que estén vivos para verte triunfar» (Roberto).
De eso va Habla tu espejo, el álbum editado en 2014, y que el Cuarteto de Nos presentará en vivo en Asunción el 4 de abril próximo, en el local de La Maison Saint Charles (ex Palacio Quesada). En 35 años de historia, esta será la segunda vez de la popular banda uruguaya en el país. Desde Montevideo, Uruguay, el mismo Musso nos habla (sin rimas).
-Llama la atención que, con tantos años de vigencia, este sea recién el segundo concierto en Paraguay…
-Sí, pero vos sabés que -saliendo un poco de acá, de Uruguay y Argentina- a muchas bandas nos cuesta bastante, sobre todo por el tema del traslado y todo eso. A veces mover a toda la banda tiene un costo muy grande, pero nosotros estamos ahora invirtiendo en la promoción, así que es un poco más sencillo de ir… pero siempre te quedan las ganas de estar más cerca también y poder ir más asiduamente. De Montevideo a Asunción son 2 horas y media de viaje, nada más.
-En aquel primer concierto (18 de junio de 2011) llenaron el Ferrocarril. ¿Qué recordás de ese show?
– Viste, como las primeras veces que siempre vamos a un lugar al que no habíamos ido antes con el Cuarteto… Fue una sorpresa súper agradable porque siempre tenés la duda de qué convocatoria podés llegar a tener,y cómo reacciona el público. Y se dieron las dos cosas: estaba repleto de gente y además arrancamos el show con toda la gente coreando todas las canciones hasta el final del show. Fue una sorpresa gratísima, la verdad. Quedamos con muchísimas ganas de volver. Por suerte, ahora se efectivizó el regreso.