Ni las bajas temperaturas de Asunción impidieron que el Casco Antiguo ardiera en el fuego del ‘trance’ de la agrupación electrónica Above & Beyond. Un colorido y apasionado espectáculo, entre mensajes motivacionales que pudo haber escrito Coelho.
Por Jorge Coronel
Pocas excusas son válidas, al parecer, para sacar al paraguayo de sus casas durante una fría noche de sábado. Las camas –o los sofás– invitan a cambiar los planes, atentando contra la masividad de la variada agenda de espectáculos disponible en la capital. Aún así, la propuesta del Casco Antiguo de Asunción fue un feliz escape a la comodidad, para convertir a la noche invernal en un caluroso epicentro musical en clave de fiesta.
El popular trío de ‘trance’ Above & Beyond en realidad se convirtió en dúo –finalmente no llegó Jonathan «Jono» Grant–. Un celebrado regreso en una fiesta organizada por la discoteca Velvet, que incluyó a los DJs Rod, Nanak, Fatherboard, Agustín Gandino y Charlie y Zulu.
Ya cuando el reloj marcaba las 2:00, la explosión visual prometida desnudaba a la bulliciosa y formidable We Are All We Need (2015). Con nombres de compatriotas proyectados en pantalla y un breve saludo visualizado en guaraní (‘Mba’eteko’) -entre frases alusivas a su primera presentación, allá por 2008-, la dupla británico-finlandesa dio quizás uno de los mejores shows de ‘trance’ ofrecidos en Asunción.
Desde entonces, las intensas dos horas electrónicas dieron plena interacción sonora-visual a los espectadores, ya inevitablemente agitados al ritmo de tracks como Superhuman, Zero Gravity, Alchemy, All That Matters, Hello y Thing Called Love.
Secuencias de clips se descubrían en pantalla, mientras efectos lumínicos de colores se desprendían entre los fans. Efectivas frases que parecían sacadas de algún best seller de autoayuda acompañaban el recorrido del espectáculo, con frases como “La música nos une a todos” y temáticas sobre la importancia de valorar el amor y la libertad. Una incursión que iluminó al espectáculo, más allá de la obviedad del género.
La fuerza más pura del ‘trance’ protagonizaba la madrugada asuncena, mientras el público de Asunción se rendía, sobreexcitado… hasta las 4:00 de la madrugada del domingo, cuando –con bandera paraguaya en manos– los mundialmente populares DJs y productores agradecían el calor invernal local (con un ‘Rohayhu’ incluido). Todo, mientras registraban -ellos mismos- a su público, a través de sus teléfonos celulares.