SANTIAGO DE CHILE. El legendario cantante estadounidense Lionel Richie emocionó a miles de almas en la noche del sábado, en el Movistar Arena de la capital chilena.
Por Jorge Coronel
Después de conquistar la Quinta Vergara el jueves pasado, en el tradicional Festival de Viña del Mar, el icónico músico se presentó en la noche del sábado ante varias miles de personas en una noche de recuerdos, emociones… y muchos aplausos. Lo compacto del repertorio de su All the Hits, All Night Long redobla el entusiasmo de sus seguidores, quienes suspiran y celebran en cada tramo del show.
Ya desde su prometedora apertura, con Running with the night, los fans se sumergían a un espectáculo que –como, desde ya, lo promete el leitmotiv de su gira– repasa lo mejor del ex Commodores. Canciones como Penny lover; la seguidilla explosiva de Easy y My love; entre momentos como Ballerina girl, You are, Still y Oh, no se mezclan con una constante interacción entre el ídolo multigeneracional y su público de siempre.
El carisma, sin dudas, es otra de sus virtudes. Un solo gesto suyo bastaba para que sus fans vibraran o se emocionaran, agradeciendo la señal. Su historia, de alguna forma, queda materializada en escena, en cada etapa del show. Como cuando emociona al ritmo de Stuck on you; o con el medley de Brick house y Fire. O mientras canta Three times a lady… y una pareja bien adulta aprovecha para tomarse una foto.
De pronto, Sail on y Lady you bring me up se anteponían a otro clásico: la inolvidable Endless love, que había grabado junto a Diana Ross. Es, entonces, cuando el recital avanzaba y entregaba más: la romantiquísima Say you, say me; que se adelanta a Dancing on the ceiling y a otra inevitable, Hello.
Ya para el momento de All night long, el Movistar Arena se sacudía, ya muy cerca del final. El broche de oro era, entonces, el himno solidario que escribió junto al rey del pop, el histórico Michael Jackson: We are the world.